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29 de agosto de 2009

Liturgia Dominical. 30 de Agosto

La liturgia del Domingo 22 del Tiempo Ordinario nos propone una reflexión sobre la “Ley”.
Dios quiere la realización y la vida plena para el hombre y, en ese sentido, propone su “Ley”.
La “Ley” de Dios indica al hombre el camino a seguir. Con todo, ese camino no se agota en un mero cumplimiento de ritos o de prácticas vacías de significado, sino en un proceso de conversión que lleva al hombre a comprometerse cada vez más en el amor a Dios y a los hermanos.
La primera lectura nos asegura que las “leyes” y preceptos de Dios son un camino seguro para la felicidad y para la vida en plenitud. Por eso, el autor de esa catequesis recomienda insistentemente a su Pueblo que acoja la Palabra de Dios y se deje guiar por ella.
En el Evangelio, Jesús denuncia la actitud de aquellos que hicieron del cecto de Dios. En la perspectiva de Jesús, la verdadera religión no se centra en el cumplimiento formal de las “leyes”, sino en un proceso de conversión que lleve al hombre a la comunión con Dios y a vivir en un real compartir el amor con los hermanos.
umplimiento externo y superficial de la “ley” un valor absoluto, olvidando que la “ley” es solamente un camino para llegar a un compromiso efectivo con el proy
La segunda lectura invita a los creyentes a escuchar y a acoger la Palabra de Dios; pero avisa que esa Palabra escuchada y acogida en el corazón, tiene que convertirse en un compromiso de amor, de compartir, de solidaridad con el mundo y con los hombres. DESCARGAR

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